Las gafas de sol son un accesorio indispensable para cualquier ciclista que se precie. Las Jawbreakers de Oakley, por nombrar un modelo popular, son usadas por los campeones del mundo durante las competiciones, por los ciclistas más ambiciosos y por los ciclistas aficionados que por pasión imitan - al menos en algunos detalles - a sus ídolos. Pero no se trata sólo de moda: las gafas están diseñadas para proteger los ojos del sol, que es muy peligroso cuando se producen deslumbramientos repentinos, y permiten evitar cambios bruscos de luminosidad entre las zonas de sombra y luz, a la vez que ofrecen una excelente protección contra agentes externos como la suciedad, los escombros, los insectos y el polvo. Hay monturas que se adaptan a cualquier rostro, cómodas y ergonómicas con diferentes formas, ajustes y superligeras gracias a los materiales avanzados y resistentes a los golpes. La palabra clave es versatilidad: en la mayoría de los modelos las lentes son intercambiables para prestarse a un uso de 360 grados que puede ir desde excursiones nocturnas hasta paseos al atardecer con el sol de frente; las lentes polarizadas antirreflejos o fotocromáticas, capaces de variar el grado de brillo en función de las condiciones ambientales, están ahora muy extendidas. Incluso los ciclistas más exigentes se sentirán satisfechos con las innumerables soluciones disponibles.