Y bien se sabe que entre aficionados y profesionales hay una distancia abismal: entrenamientos, el ritmo, los hábito... todo es diferente y sólo unos pocos elementos son comunes en ambos. Por muy absurdo que parezca, las bicicletas y la ropa son idénticos, permitiendo al aficionado acercarse al mundo profesional y disfrutando las ventajas técnicas de la indumentaria y componentes tope de gama. No tendrás las piernas de Froome, pero podrás llevar los mismos guantes, calcetines u otros accesorios que tus ídolos y disfrutar así también de vuestro momento de gloria.