Es una herramienta que está en casa de todo el mundo, tanto si tiene 20 años como si es una digital súper moderna, pero la esencia sigue siendo la misma: la bomba de suelo es indispensable para cualquiera que utilice una bicicleta, ya sea para los pequeños desplazamientos diarios o para las duras sesiones de entrenamiento. La necesidad de inflar los neumáticos con la presión adecuada es tan trivial como importante, ya que sólo con la presión correcta podemos aprovechar al máximo el potencial de los neumáticos en términos de suavidad, adherencia a la carretera, protección contra los pinchazos y agarre en terrenos difíciles. Los mejores productos consiguen presiones de inflado muy elevadas en pocos movimientos gracias a la utilización de materiales resistentes y racores con gran estanqueidad de la válvula para dispersar el menor aire posible y hacer más efectiva la operación, permitiendo una lectura precisa del valor alcanzado gracias al manómetro analógico con aguja y escala graduada o al digital. Los adaptadores que a menudo se incluyen permiten utilizar una sola bomba de pie para todos los tipos de válvulas más comunes del mercado: Schrader, Presta, Dunlop, Italia.