Los ciclistas agarran el manillar a través de los guantes, los cuales sirven para amortiguar las vibraciones de la bicicleta mientras se está circulando, así como para disminuir la presión que soportan las manos al sujetar el manillar durante largos lapsos de tiempo. También son una protección importante ante posibles caídas, ya que el primer punto del cuerpo que se apoya en el suelo son las manos y es por ello que llevar unos guantes de ciclista puede evitar daños y heridas de mayor gravedad. Una famosa publicidad de los años 90 decía así: "la potencia no es nada sin control". Este lema es perfecto para hablar sobre guantes de ciclismo y el papel crucial que juegan en cualquier temporada y en todo momento. Cuando se sale en bici con un grupo, las manos deben moverse ágilmente, reaccionando continuamente sobre las manetas de cambio, un dedo toca el freno a antes de la subida cierra el Lap y cambia el pantallazo del GPS para ver la frecuencia cardíaca. En la bajada las manos se sitúan en el agarre bajo y se usan ambos dedos para pinzar con más fuerza danzando entre las curvas dibujando trayectorias perfectas con movimientos ligeros pero decididos. Todo esto se realiza gracias al contacto perfecto entre el manillar y los guantes, construido con refinados materiales antideslizantes, transpirables y cómodos que permiten todos los movimientos posibles sin molestar al ciclista. Hay guantes que son adecuados para todas las necesidades posibles de protección térmica y aislamiento, sin descuidar la versatilidad y la comodidad de estos accesorios indispensables, los cuales también son muy efectivos para reducir las consecuencias de caídas y resbalones inesperados.